Descubriendo Choquequirao: El Tesoro Escondido de los Andes Peruanos
DESCUBRIENDO CHOQUEQUIRAO: EL TESORO ESCONDIDO DE LOS ANDES PERUANOS
Más Allá de Machu Picchu: El Fascinante Mundo de Choquequirao, apodadas por algunos como «la otra Machu Picchu» o «la hermana menor de Machu Picchu»
Si te preguntan sobre los tesoros más emblemáticos de Perú, es probable que la primera respuesta que venga a tu mente sea Machu Picchu.
Las majestuosas ruinas de esta antigua ciudadela inca son un símbolo del país y atraen a cientos de miles de turistas de todo el mundo cada año. Sin embargo, a pesar de la creencia generalizada, Machu Picchu no está sola en su grandeza.
En lo profundo del Departamento de Cusco, en las alturas de los Andes, se alza el misterioso yacimiento arqueológico de Choquequirao. Estas ruinas incas, similares en belleza pero mucho menos conocidas y visitadas, han sido apodadas por algunos como «la otra Machu Picchu» o «la hermana menor de Machu Picchu». A pesar de sus similitudes, Choquequirao todavía permanece en la sombra de su famosa hermana mayor.
El Desafío de Descubrir Choquequirao
Choquequirao, ubicada en una zona aislada de la cordillera de Los Andes, requiere tiempo y esfuerzo para aquellos que desean visitarla.
Todas las rutas hacia este tesoro arqueológico implican al menos dos o tres días de caminata. El viaje comienza volando a Cusco y luego recorriendo varias horas por carretera hasta llegar a Capuliyoc, donde la mayoría de los aventureros inician su travesía.
La expedición a Choquequirao demanda preparación física y mental, ya que transcurre por las montañas cusqueñas, a más de 3.000 metros sobre el nivel del mar.
Aquí, las temperaturas pueden ser extremadamente frías en ciertas épocas del año, y los visitantes deben tener en cuenta el riesgo del soroche, conocido como el mal de altura.
El terreno accidentado, atravesado por obstáculos como el río Apurímac o el nevado Padreyoc, convierte esta ruta en un destino anhelado por los amantes del senderismo. Sin embargo, se aconseja tomar precauciones antes de aventurarse en este viaje. Algunos lugareños ofrecen sus servicios como guías para los forasteros y mulas para transportar sus pertenencias durante la ascensión.
A pesar de los desafíos, aquellos que han hecho la travesía aseguran que el esfuerzo vale la pena. Guillaume Flor, un francés que visitó Choquequirao con su familia, compartió con BBC Mundo su experiencia, describiéndola como «extraordinaria».
Según él, Choquequirao es un lugar mágico donde se puede apreciar la impresionante arquitectura inca sin la multitud de turistas que a menudo se encuentra en Machu Picchu. Durante su visita, no había más de diez personas en Choquequirao.
El Enigma de Choquequirao
Los arqueólogos estiman que Choquequirao fue construido alrededor del año 1450 durante el apogeo del poder incaico. Aunque no se conoce su función exacta, se cree que tenía un propósito religioso y posiblemente servía como punto de conexión entre Machu Picchu y otros lugares estratégicos para los incas en la zona amazónica.
Su difícil acceso también ha alimentado la teoría de que Choquequirao pudo haber sido uno de los últimos bastiones de resistencia inca contra los conquistadores españoles en las primeras décadas del siglo XVI. Lo que está claro es que, debido a su complejidad, proximidad a Cusco y vasta extensión de más de 522,000 hectáreas, Choquequirao fue un lugar de gran importancia en el Imperio Inca.
Pieter Van Dalen, experto en cultura incaica de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, señala que Choquequirao pudo haber albergado a una población de alrededor de 2,000 personas, en su mayoría desplazadas desde otras regiones del imperio inca para realizar diversas tareas.
El Resurgimiento de Choquequirao
Con la conquista española y el colapso del Imperio Inca, Choquequirao quedó abandonado. Sin embargo, en 1993, comenzaron excavaciones arqueológicas que rescataron el sitio del olvido. Según el Ministerio de Cultura peruano, se ha valorizado un 60% de los vestigios arquitectónicos encontrados.
Hoy en día, el yacimiento se presenta dividido en doce sectores, donde se pueden apreciar en buen estado de conservación las estructuras e edificaciones incas.
Entre ellas destacan la «Vivienda de los Sacerdotes», las «Viviendas Principales» con acceso a su plaza, y los «Andenes de las Llamas», escalonadas estructuras que albergan representaciones de los camélidos tan característicos de los Andes peruanos.
A tres kilómetros del parque arqueológico se encuentra el caserío de Marampata, el centro poblado más cercano, donde unas 40 familias viven de lo que cultivan y de los turistas que llegan, aproximadamente 9,800 al año según datos oficiales. En contraste, en 2022, Machu Picchu recibió más de un millón de visitantes, lo que ha suscitado preocupaciones sobre su sobreexplotación turística y su conservación.
El negocio en torno a Choquequirao se mantiene por ahora a pequeña escala y en manos de los lugareños. Nancy Tapia es una de las personas que ha encontrado una fuente de ingresos como guía turística. Según ella, llegan visitantes de diferentes partes del mundo, siendo los franceses la mayoría.
Los visitantes, independientemente de su origen, suelen quedar impresionados por la caminata y el entorno de Choquequirao. No son solo las ruinas y la soledad lo que hace de este lugar especial, sino también el impresionante paisaje que lo rodea, creando una atmósfera apreciada por los amantes del turismo de aventura y la búsqueda de experiencias fuera de lo convencional.
El Futuro de Choquequirao
El gobierno tiene planes para facilitar la llegada de turistas a este remoto lugar. Se ha anunciado la intención de construir un teleférico que permitiría llegar cómodamente a Choquequirao en unos 30 minutos, mucho menos que las jornadas de caminata actuales.
Esta iniciativa podría impulsar la economía en una zona poco desarrollada de Perú, pero ha generado conflictos entre las poblaciones locales que desean beneficiarse del desarrollo y la afluencia de visitantes.
La construcción del teleférico abarcaría territorio de los Departamentos de Cusco y Apurímac, lo que ha suscitado debates y desacuerdos. En un país acostumbrado a los conflictos sociales relacionados con la explotación de recursos y la construcción de infraestructuras, alcanzar un acuerdo entre todas las partes involucradas será un desafío.