Turbulencia financiera en Somos Perú Millones malgastados y amigos beneficiados
TURBULENCIA FINANCIERA EN SOMOS PERÚ: MILLONES MALGASTADOS Y AMIGOS BENEFICIADOS
La impactante trama de desvío de fondos públicos y relaciones amistosas que sacude a partido político Somos Perú, liderado por Patricia Li
Un perturbador caso de mal uso de fondos públicos por parte del partido político Somos Perú, liderado por Patricia Li. Esta historia pone en evidencia cómo más de un millón 250 mil soles del erario público han sido utilizados para pagar charlas y capacitaciones, planteando interrogantes sobre la integridad y el manejo financiero del partido.
La situación se vuelve aún más cuestionable debido a que el dinero desembolsado por Somos Perú proviene de los fondos públicos asignados al partido por su representación parlamentaria.
El deber de salvaguardar y gestionar estos recursos con responsabilidad se ha visto eclipsado por una serie de decisiones controvertidas.
Lo que llama la atención es la elección de la empresa receptora de estos fondos. Central Mediática, dirigida por Eduardo Ceferino, figura como la beneficiaria de esta millonaria inversión.
Una empresa con un reducido equipo de apenas cinco empleados en nómina, que ha logrado facturar cerca de 10 mil soles por cada capacitación. Sin embargo, lo más intrigante es la relación entre Ceferino y Patricia Li, que trasciende lo meramente profesional para convertirse en una amistad cercana.
Entre los individuos que tomaron parte en estas cuestionadas charlas se encuentra Kira Alcarraz, excongresista de Somos Perú. Alcarraz denuncia estas conferencias como un engaño, arrojando luz sobre un aspecto aún más preocupante: todas las personas involucradas en la planificación y ejecución de estas capacitaciones son amigos íntimos de Patricia Li. Este patrón de comportamiento no solo levanta dudas sobre la transparencia de las actividades del partido, sino que también plantea serias cuestiones éticas.
No se trata únicamente de la desviación de fondos públicos para actividades dudosas. El partido del corazón ha ido más allá al utilizar el presupuesto público para su propio beneficio.
Reuniones partidarias, banquetes con gaseosas y almuerzos en selectos restaurantes chifas, e incluso la adquisición de tortas y festejos de cumpleaños para sus trabajadores, todo financiado con el dinero de los contribuyentes.